Rock Of Angels Records editará en Abril (para Europa y bajo licencia exclusiva de Rat Pak Records) el debut en solitario del cantante Todd La Torre (Queensrÿche/Crimson Glory). Este disco fue publicado en 2.021 y volverá a la actualidad disponible en formato CD, red Vinyl y white/red Vinyl en series limitadas. El fantástico cantante y batería Todd La Torre tuvo la colaboración en guitarras, bajo y teclados de su amigo Craig Blackwell. Juntos componen y producen todas las canciones en este álbum de Heavy Metal estilisticamente muy diverso. Una portada de fondo blanco, dónde una roja serpiente draconiana es rajada y destrozada por las iniciales T L T afiladas y al rojo vivo, ofrece un diseño muy directo y consigue un efecto a primera vista muy Heavy por su sencillez.
Me quiero concentrar en la escucha de este debut de Todd La Torre, como en los viejos tiempos me encerraré en mi cuarto de la Música y que sea lo que Dios o Satán quiera…Con “Dogmata” se inicia la invasión de Heavy Metal en mi cuerpo con zarpazos muy trashers, envenena mi cabeza con sustancias Halford vilmente expulsadas y adopto la pose para bailar Heavy Metal como Dickinson. Violentamente fuerza su garganta con despreocupación en “Pretenders”, apago la luz y con la tralla recibida me desnuco contra la pared. Me consume comer Metal sangriento y extiendo un colchón de teclas donde me revolcaré gritando un dúo metalizado con Todd. Salto como un mandril o como Pantera con la histérica de sonido histórico “Hellbound and down”, el poder avasallador del Metal dinámico, guarro y farragoso me eleva y rompo la lámpara de un intencionado cabezazo. Nada grave.
No hay cojones de parar si arranca “Darkened majesty” con mala leche y como un puto “painkiller” me fustigo y me autolesiono, la cura milagrosa del técnico sanitario de Queensrÿche me soluciona las heridas en el puente salvador y todo fluye como una operación del Dr. Geoff Tate y cía cuando eran un equipo. Me lleva al suelo con bichos saliendo por su voz, la presión sonora de “Crossroads to insanity” es…lúcida y silenciosa, me arrastro entre sentimientos insanos y polvo de 10 meses. Todo está limpio en el ambiente dramático compuesto por un negro Blues de Metal blanco finalizado. Cierro puertas para que no se escape el tenebroso timbre y las voces monstruosas de “Crítical cynic”, me agarro las rodillas y me torturan las melodías opresoras de percusiones masivas, lentas y aplastantes. ¡Que placer!!! “Rejoice in the suffering” es completa, tiene Heavy Trash Metal, mucho de Savatage, poco de Sepultura y algo del Queensrÿche enfadado e impetuoso, te ata una cuerda de Judas Priest para asfixiarte. Te golpean unos Testament y soy muy feliz encajando pinchazos y trazando cicatrices en mi ser. Necesitaba hidratarme, relajarme y secarme el sudor con la voz amable de La Torre en “Vexed”, pero no hay receso que valga. Corro al galope alrededor de la mesa y sus guitarras son de la década más gloriosa del Metal, trozos del bombo golpean mi espalda y las voces escupidas al estilo del maestro Jon Oliva son lanzaderas de cristales cortantes a mi corazón de Heavy Power Progresivo.
Con empujones diabólicos y speedicos me zarandea por la habitación “Vanguards of the dawn wall”, odio y amo a Metallica, me dan por culo Megadeth, me cago de miedo con Slayer, me contagio de un virus chillón llamado Todd y quiero más voces maestras de Accept anunciando la avalancha mortal. Fantasmagórico, siembra de terror y angustioso pánico en la influencia abierta de Mr.Tate para “Apology”, acordes como campanas y me sangra el oído, me achantan bocanadas de voces ocultas, me cubre por segundos un solo esperanzador y positivo, retorno a la caverna de su voz lírica, operística hasta el aplauso e histriónica hasta el dolor. Con los cuernos en alto como apoteósico final del disco original. Pobre de mí…pero por suerte todavía no acabó la macabra diversión.
Sin conciencia y escaso de facultades para saber si me he roto o dislocado algo, suena “Fractured”, voces dobladas y continuas te someten durante todo el maldito álbum. No me duele nada como para preocuparse y veo en el distorsionado display que ya suenan los bonus tracks. A volteretas y espasmos hoy no me gana nadie, subiéndome por las paredes y pegado al techo como un bicho humanoide me rodea y me envuelve “Set it off” a través de un fucking Metal melódico, técnico y bello en agresividad. Como una proclama canta el líder y le sigo ciegamente. Me muevo rápido, sin quejas pero desencajado, hago amagos al escuchar riffs del desaparecido Criss Oliva y lloro de pena por los que dignificaron el Metal. Me subo en una silla para divisar el precipicio, el suelo se hundió y me doy un trompazo con la intro tramposa de “One by one”, giro y giro como una broca quemada entre voces guturales profundas, criaturas del submundo infernal me agarran y me vacían las penas a base de violentas sacudidas. Extrema y satánica, veloz y aterradora, acústicas demoledoras como el Black Metal, profundo y hermoso. Se terminó el entretenimiento extremo, se esfumo la niebla, terminó la sufrida diversión y enciendo la luz. Estoy exhausto y agotado.

Me siento como nuevo y seguiré administrándome con asiduidad este solitario primer disco de propiedades curativas y regeneradoras. Disfruté la sensación de inmenso sufrimiento que desprende este condenado disco del consolidado cantante de Queensrÿche. Todd La Torre posee una impresionante técnica vocal y manejo percusivo. Muestra su gran base ancha de Heavy Metal y proyecta una voz enérgica, poderosa y peligrosa como una torre eléctrica de líneas M.A.T. (Muy Alta Tensión).
He sido un afortunado haciendo y viviendo esta reseña. Paz y Metal para tod@s.
90%
Manuel Campos Ruíz.
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