Jesse Damon comienza en los días de gloria de los años ochenta como el cantante y guitarrista principal de la banda Silent Rage que saltó a la fama en 1989 cuando firmó Gene Simmons para Simmons / RCA Records para su segundo lanzamiento titulado «Don’t Touch Me There», que llegó a estar en algún número 1 en listas europeas. En el mítico Head Bangers Ball de MTV, el vídeo del single rotó junto a otros grandes. Durante este tiempo en la carrera de Jesse, formó una amistad con Gene Simmons de Kiss, coescribió canciones juntas y eventualmente coescribió la canción «Thou Shalt Not» del álbum Kiss «Revenge» por la cual Jesse recibió un premio de álbum de oro.
En 2002, grabó otra canción coescrita con Simmons titulada «Everybody Needs Somebody» de su propio álbum debut «The Hand That Rocks». Jesse se lanzó a una carrera en solitario y ha grabado seis de sus propios lanzamientos. Los primeros cinco álbumes en solitario son una mezcla de canciones de rock melódico bien elaboradas y baladas intensas. En este caso, se une a Paul Sabú, quien produce el disco y graba los teclados, bajos y la programación de las baterías.
“Play to win” abre el disco, con un toque que me recuerda a esos primeros trabajos de Crown of Thorns, quizá por la producción de Sabú y los teclados en el estribillo. Es un tema que engancha.
“Love gone wild” es uno de las dos canciones que escribe junto a Paul Sabú. Este tema sigue esa línea de canciones de estribillos potentes y guitarras rítmicas densas y dinámicas. Lo que me deja un tanto frío es la producción de Sabú en la base rítmica. Bien construida, pero a veces, muy difusa. Es el caso de la caja de la batería, a partir de esta canción, en la que los crash están muy altos en proporción al resto de elementos.
En un cambio de velocidad, nos encontramos con “Demon’s Rage”, la canción que titula este trabajo. De nuevo, echo de menos algo más de contundencia en el sonido de caja, que prácticamente desaparece en el estribillo. La voz de Jesse está en un buen nivel interpretativo durante todo el disco, como es en este caso.
“Electric magic”, se mueve en registros más “power” A.O.R., con energía en la estrofa. Es una canción que deja buen sabor de sonido de mediados de los ochenta. Un solo bien equilibrado por parte de Damon y un estribillo comercial.
“Tell me Lili” es introducido por un lick de Jesse, dando paso a un riff de escuela Young, una base rockera aderezada con una melodía más ligada al A.O.R. Un solo que conjuga muy bien el paisaje de la canción. Siempre tenemos esos coros gruesos, muy al estilo Simmons de Paul Sabú.
“Here comes trouble” se mueve en un nivel rítmico más rápido con unos teclados brillantes muy presentes por parte de Sabú, pero con una batería demasiado “programada”, como es el caso del ride tan continuo, sonando al unísono con algún plato, en algún pequeño fragmento, lo que le resta cierto toque de humanización.
Llega el momento de un tema más relajado, en el aspecto instrumental. “Love is the answer”, contiene un sentimental estribillo, en el que Jesse alcanza notas más altas. Sin llegar a ser medio tiempo, contiene esos detalles, pero en el movimiento del bajo, le dota de más dinámica en la estrofa.
“Shadows of love” nos atenaza de nuevo al sonido más A.O.R. comercial de esos tiempos gloriosos. El trabajo de Paul Sabú en los teclados es muy destacable, ya que viste la canción con ese sonido de singles potentes de los 80. El estribillo arranca dando más fuerza al tema, con alguna tensión inicial.
“Flyin’ Dutchman” es una de esas canciones como denominó el gran Gary Moore, “Led clones”; una de esas canciones influenciadas por “Kashmir” en su base rítmica, melodía y ambientes sonoros. Es una canción que me gusta mucho, pero en la que (espero que no llegue a oídos de Paul, aunque es mi opinión personal y se trata de tomárselo con deportividad…) un sonido más contundente de batería; de bombo y sobre todo caja, hubiera agrandado la canción.
“Adrenaline” nos devuelve al recorrer el camino pisando el acelerador, pero arropados por la seguridad de unos buenos teclados que den el clímax apropiado para equilibrar fuerza y melodía. Un solo equilibrado en el que, como en todo el disco, Jesse, no pretende dar un “master class” repleto de licks y velocidad de púa.
“Lonely tonight” es de las canciones en las que el sonido es más nítido, con un sonido electro acústico. Una canción de carretera desértica y polvorienta buscando respuestas. Melódicamente está muy bien trabajado, con buenos recursos armónicos en voces.
“Wildest dreams” concluye este disco otra canción compuesta por Damon/Sabú. Un clímax misterioso que nos adentra por paisajes oníricos, cercanos al sonido progresivo “espacial”, rompiendo todo esto con un solo intenso de Jesse, volviendo a planear sobre las brumas sonoras.
Con una portada potente, (un escudo de armas musicales como declaración de intenciones de Jesse Damon) el único punto que penaliza el trabajo, bajo mi punto de vista, es la mezcla final en la producción de Sabú, (baterías difusas, con niveles sonoros descompensados, bajos sin presencia y en algunos momentos, casi subgraves… ) algo que me extraña mucho (y que me pensé, reflexionando sobre poner o no el acento negativo en esto..) debido a todo el trabajo a sus espaldas con discos míticos como productor; no es un recién llegado, quizá a otros no les parezca tan contundente mi visión sobre ello.
Lo mejor es comprar el disco y disfrutarlo. Por otro lado, a favor de Paul Sabú, el trabajo en los teclados y arreglos hace que este trabajo sea un compendio de buenas canciones para los que nos gusta el sonido y ambiente de aquellos años.
75%
Joe Angel L.
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