¿Recuerdan la película “In &Out” dirigida por Frank Oz e inspirada en el discurso que Tom Hanks, tras recibir la estatuilla dorada por Philadelphia, profirió ante la atónita mirada de los presentes recordando a dos, cito textualmente, dos buenas personas americanas gays?
Kevin Kline dio vida al profesor de secundaria al que, en una de las escenas más celebradas de dicho film, y llevado al límite de sus nervios, entre histriónicos tonos de voz y aspavientos, salta hacia adelante haciendo las veces de salir del armario y hacia atrás volviendo a él, repitiéndolo de forma hilarante para el desternille del público con la consigna: “dentro-fuera”.
Momento cinematográfico, dejando aparte las connotaciones sexuales, para ilustrar la sensación que me ha producido el debut de la banda de Vancouver THE FACEPLANTS. Y es que he tenido la motivación realmente grata de encontrarme con una banda a la antigua usanza que, en un impulso hacia adelante posa sus inquietudes en el ROCK para, en un lapsus temporal meditado, volver hacia atrás al POP de elegancia suprema, reiterando su baile para tonificar su figura, sin pudores innecesarios a la hora de calzarse trasnochadas mallas coloristas así como realizar un dobladillo en un vaquero o colgarse una chupa reluciente de cuero. Como en aquella época de etiquetas limitadas que fueron los años ochenta, en la que los grandes grupos grabados en nuestra retina emocional bebían indistintamente de ambas fuentes con un claro sabor de atemporalidad.
De MAROON 5 a QUEEN, pasando por, SHINEDOWN, POLICE, MUSE, SURVIVOR, STEVIE WONDER, ELTHON JOHN, ALIENT ANT FARM, efectos secundarios de la escena mundial Hard Rock de rédito millonario y un aroma a clásico reciclado que, lejos de empalagar, acelera la ascensión de endorfinas a través de bofetones musicales en desuso, aquellos aparentemente oxidados por el abuso de multitud de bandas nacidas para morir al salir de las listas.
De núcleo compositivo férreo, con competencias instrumentales desafiantes, encuentran en la potencia vocal de Dan Botch un complemento idóneo, de perspectiva ganadora, y al que no le tiembla el pulso al inflar, a pelo, la pomposidad necesaria para colocarse en una liga de inertes estrellas que solo brillan, en este momento, a través del eco distorsionado de sus propios éxitos.
Animal rompe y reconstruye tradición con claros visos de reinvención. Unholy restablece la conexión perdida entre himnos y comercialidad popular actual.
Who Am I Inside es un puente predispuesto a la mecha AOR que amenaza en sus estrofas y a la gasolina de emociones juveniles que gotea filtrándose en sus estribillos. Imposible no arder sin acabar quemado.
Devil in a White Dress comprende al Glam, adopta al Funk, apadrina al Rock y perdona los excesos de un trío capturado en la escena por la generación móvil.
Portrait Of A Woman hubiera rellenado minutos en cualquier cinta de los ochenta destinada tanto a enamorar a aquella compañera de clase que nos ignoraba, como para amar y odiar, en silencio y entre lágrimas, a aquel momento en que nos dimos cuenta que nos habían roto el corazón por primera vez.

The World I Know, uno de los mejores temas que he escuchado este verano, debiera ser radiado en cada emisora Rock con una rotación continua con el objetivo insidioso de invadir el mundo y colonizar al vulgo, destronando cada vestigio de la mediocridad imperante.
Sweet Living Sickness/The Journey cierra este magnífico trabajo, al que debemos sumarle una intro y un interludio, de forma superlativa, en una tradición acuñada bajo su propio nombre, aunando la épica y la versatilidad del comercio, sin escatimar el detalle ni regatear su valor.
Ojalá mantengan su ambigüedad durante mucho tiempo, salto adelante, salto atrás, quien les escuche sabrá de su condición y eso no se puede juzgar, ellos solo han de sentirse cómodos.
78%
Jesús Alijo Lux

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