Considero la música, en especial toda la que se mueve por entre los parámetros tangenciales, paralelos o absolutos al y del Rock, como una lógica y directa continuación del alma de la sensibilidad del ser humano.
Que levante la mano quien no haya llorado, quien no se haya vuelto loco, quien no haya olvidado el mundo alrededor, quien no haya amado, entre miles de sentimientos a la válida carta personal, con una sola canción de este maravilloso e infinito universo de implosión y explosión de finitas notas, alteradas y reiteradas para convertir lo racional en divino.
Sobre mi último apunte, el de amar, es sobre el que voy a fundamentar mi reseña de este nuevo álbum de SAFFIRE. Where Monsters Dwell podría definirse como un@ amante rebosante de atracción y que asegura grandes momentos de puro fuego, carnal o sentimental, de ese que devasta nuestro interior y nuestra razón, pero que, tan velozmente como devora, deja espacio para relativizar entre comparaciones, a merced de la valoración del paso del tiempo. Me explico.
SAFFIRE son los detalles. Su presencia es clásica y robusta, Hard Rock de corte RAINBOW, PURPLE, atrayente y seductora, con momentos más Heavy para intensificar los estertores de su apareamiento, y, con fragancia melódica para colmar los delirios orgásmicos. Los detalles son los que les hacen especiales. Sus guitarras contemporáneas en riffs magnéticos, sus precisas caricias de Hammond y teclados, lejos del magreo alterado, sus punzantes solos, su sección rítmica precisa y potente, sus agresivas o dulcificadas dotaciones vocales en azarosas explosiones de grado y la veteranía de las intensidades, hacen de ellos una affaire altamente deseable.
Pero, desde de su clasicismo, ese porte que otorga la compostura, nace también una homogeneidad que debe ser tomada en encuentros furtivos, breves, frente a maratonianas sesiones lascivas, para que la monotonía no haga acto de presencia prematura y, poder gozar de la aventura antes de consumir el misterio. Un disco que del tirón puede sonar reiterativo, pero que saboreado con tranquilidad, segmentado, deja ojoplátic@.
Wolf Among The Sheep seduce con su mirada serena y segura, iniciando el idilio en un baile que deja que nuestros pasos sean guiados sin conjetura. Temperamental continúa la danza en Hard To Keep Hard To Find (Muy FIREWIND de su última encarnación en un magnífico estribillo). Valley Of The Damned alterna galantería y misterio, sin apartar posición, sumando deje pero reduciendo deslumbramiento. Buen momento para romper el hielo con un brindis.
Broken Crown, recupera el ansia, más sutil, con su sonrisa NIGHT FLIGHT ORCHESTRA en un ademán claramente victorioso. Tema diez que deja claro su intención de copular con la necesidad de la conquista. Con canciones así está hecho.
Where Monsters Dwell animada festividad con acertados coros góspel/blues desinhibe intenciones, para acabar, con How Cold Is Your Blood, de cadencia erótica, fundiéndonos en las sombras a través de un deseado beso robado/compartido.
Road To Paradise es el momento ideal de retornar con nuestros amig@s y exhibir euforia, ceder al embrujo de unos tragos, amagar con que sigue la fiesta en la animada ofrenda de Hard Rock añejo púrpura sin complicaciones, mientras el deseo dicta una velada despedida hacia la intimidad.
Melódico revoloteo de ropa en el sudor de una habitación que empieza a arder, Perfectly Worthless conjuga la sensualidad con la épica de la sexualidad incontrolable. Elegancia a la hora de la entrega. WHITESNAKE estarían orgullosos. Dark Horizon dualidad de conciencia oscurecida y abandono recatado, tonos pesados y susurros encarrilando, superioridad expresiva distractora.
Fortress es éxtasis postcoital, paz y belleza en una power ballad decorada con maestría, ejecutada con arrebato y con la entereza del pasado. Sencilla despedida de dulce recuerdo.
The Rainmaker resumen mental del agrado de la buena compañía y las sensaciones compartidas, de nuevo recuerdo a THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA junto a todas las referencias y estilos anteriormente descritos. Incluso en su tramo `pre solo salvaje´, mi mente coquetea con SYMPHONY X. Una sonrisa boba en mis labios no abandona el temblor de piernas. Me siento bien. SAFFIRE han cumplido. Quedan a disposición de evaluación personal.
Dos demos, dos discos y un EP precedían a Where Monsters Dwell, donde el cuarteto sueco ha plasmado el duro trabajo que llevan realizando desde 2005, aprendiendo en cada gira y festival y que, quizás, no les premie masivamente, pero, de seguro, les entrega una oportunidad más para seguir demostrando y ascendiendo. Producción perfecta, de agradecer, con cada cosa en su sitio, para unos músicos de altura sin renombre, mayor factor para que las premisas no decepcionen. Amar así resulta más fácil.
76%
Jesús Alijo Lux