Supongo que, musicalmente, todos tenemos nuestras fijaciones. La mía ya la he evidenciado en muchas ocasiones: me quita el sueño el rock melódico británico. Y he aquí que, de repente, cae en mis manos la oportunidad de reseñar el segundo disco de los que para mí son la gran esperanza blanca del AOR de las islas: los inmejorables Angels Or Kings. He tardado en ponerme delante del papel porque no quería precipitarme, quería saborearlo, saber de lo que hablo, y no sucumbir a las presiones del quién publica primero una reseña, aún habiendo escuchado el disco de modo fragmentario e incompleto. Y ha merecido la pena, porque este ‘Go Ask The Moon’ crece exponencialmente con cada escucha. Los de Manchester no son ningunos recién llegados, como bien sabéis los asiduos a este estilo musical. Nacidos en los años ochenta, y con poca o ninguna suerte, se reformaron allá por 2011 para terminar ganando un concurso de bandas noveles auspiciado por el conocido y referente festival Firefest. Abrieron con gran expectación (yo estaba allí, como de costumbre) la última edición celebrada hasta el momento, en 2014, y editaron coincidiendo con esa actuación su ópera prima, ‘Kings Of Nowhere’, un disco que sentó las bases de un proyecto ilusionante, cosechando muy buenas referencias entre los más influyentes periodistas musicales de las Islas.
Fueron comparados a Foreigner, Journey, o Harem Scarem, incluso a bandas británicas como Dare, FM, o Strangeways. Nada de esto resulta ser adecuado al cien por cien, salvo las comparaciones con la banda canadiense en su primera época, al menos en mi humilde opinión, porque todos y cada uno de los temas tanto del debut como de este segundo lanzamiento transpiran ese olor a Harem Scarem, principalmente a causa del especial timbre de voz de Baz Jackson, un clon esforzado y honesto pero clon al fin y al cabo del gran Harry Hess.
La producción corre de nuevo a cargo del propio guitarrista de la banda, Steve Kenny, y el trabajo técnico (mezclas, mastering, etc…) fue confiado a Sheena Sear y Mark Stuart, que ya hicieran lo propio en el pasado con otra de la bandas referencia en UK, Magnum. Incluso en el artwork demuestran AOK su gran personalidad, porque no recuerdo una portada tan extraña en la historia reciente del rock melódico. Hubiera sido fácil escoger cualquier otro motivo, pero intuyo que debe haber poderosas razones para ello.
Dos adiciones en teclas y bajo completan el lineup: Dave Ellis y Daniel Bates se suman a los Baz Jackson, Steve Kenny, Tony Bell (guitarras) y Andy Chemney (batería), y la verdad que la banda suena compacta y potente, aunque la gran estrella para mí es sin duda su vocalista, Baz Jackson.
“No More Faith To Lose” es un comienzo inmejorable, guitarras y teclas fuera de control en un tema potente y despiadadamente melódico, para continuar con la pieza maestra de este redondo, la maravillosa “Ancient Fires”. Un tema donde Baz Jackson se deja literalmente la garganta, cantando con unos cojones que hacía mucho no veía en un vocalista de rock melódico. Muy en la línea del primer disco de Harem Scarem, y ahora sí, con algo de los Dare de ‘Blood From Stone’ y los FM de ‘Indiscreet’. “No Alibi” golpea con un riff muy americano que me recuerda un tanto a bandas como Triumph. “The Nights Don’t Count” esta en la línea del trabajo ofrecido por la extinta banda In Faith, creo que es un paralelismo muy adecuado pues no puedo evitar acordarme de ese trabajo cuando escucho a AOK.
“When The Heart Is Wrong” me despista un poco por causa de la mezcla, poco afortunada. La guitarra suena descolgada del conjunto final, incluso tengo la sensación de que es otra persona quien canta pero como no tengo información al respecto tengo que dejar sentada la duda. Potente riff saluda el comienzo de “You Better Pray”, melódico muy british, recordándome a los extintos Passion Street. Me enamoro del medio tiempo “Breathe”, AOR de bellísima factura, etérea y soñadora, uno de estos temas que no quieres que finalicen jamás, mientras “Waiting For The Thunder” otorga el contrapunto más hardrockero a la Coney Hatch. Nueva prueba de fuego para el corazón con “On The Corner Of Love And Lost”, quizá otro de los cortes donde más brille la voz de Baz Jackson. “Heartbreak Railroad Company” es posiblemente una de las mejores baladas que he escuchado este año sin duda, y me refiero a baladas y no a medios tiempos o falsos medios tiempos. De nuevo muchas reminiscencias de la voz de Harry Hess.
Finalizamos con la que da título genérico al redondo, de nuevo en tesituras parecidas a los dos cortes primeros, remachando mi opinión de que estamos ante uno de los grandes discos para este 2016, siempre y cuando no os perdáis comparando a esta banda con sus medios y la crisis generalizada en el sector discográfico, máxime si hablamos de rock melódico, con los clásicos que pueblan vuestros sueños: es sencillo, lo tomas o lo dejas, vives o sueñas. Tú decides.
Ah por cierto. Si AOK hubieran tenido la suerte que les fue tan esquiva allá por los años ochenta, quizá hoy estaríamos hablando de este disco con la reverencia con que se suele hablar de clásicos incontestables.
9
Rocky