No resulta fácil escribir sobre el nacimiento de un nuevo proyecto de unos absolutos desconocidos. Y es que los padres de este proyecto llamado París, un par de franceses desconocidos para el gran público han conseguido atraer la atención de Alessandro DelVecchio, autentico padrino en esto de producir AOR de calidad.
Frédéric Dechavanne y Sébastien Montet amigos desde siempre, tenían como objetivo ser grandes leyendas del Rock, cosa que hemos soñado muchos que teníamos una guitarra eléctrica en casa. Ocurre lo de siempre, después de tener compuestos un montón de temas, la vida, terminar los estudios y el trabajo, separan incluso a los mejores amigos. Uno viviendo incluso en Alemania. El caso es que gracias a las nuevas tecnologías, vuelven a componer y compartir temas juntos, lo que hace que puedan grabar sus propios temas como pueden, y se los mandan a Alessadro DelVecchio que decide producirlos viendo la calidad que atesoran estos chicos. Además los rodea de gente como Anna Portalupi conocida bajista de Lionville o Hardline, Alessandro Mori de Mitch Malloy a la batería y Steve Newman de Newman acompañando en coros. Frédéric pone las vocales y teclados, y Sébastien la guitarra solista. El resultado a mi juicio resulta brillante, un gran disco que toca varios estilos dentro del AOR, incluso gotas de Westcoast con mucha clase. No puedo evitar compararlos en algunos temas con gente como Def Leppard, T´Bell o incluso a Work of Art que con su tema South of love tiene claros tintes guitarreros con The Rain, la apertura de su obra maestra In Progress. De hecho me hace gracia comprobar cómo varias fotos del libreto del disco, uno de ellos aparece con una camiseta de Def Leppard para despejar todas las dudas.
Han conseguido un sonido fresco en el resultado final en cuanto a guitarras y teclas, con coros muy conseguidos, cosa nada difícil teniendo en cuenta que colabora Erik Martensson entre otros. El caso es que es un disco que cuanto más oyes, mas te va gustando. Al principio debo confesar que el tono de voz del cantante no es muy de mi agrado. Me recuerda a vocalistas del tipo Harlan Cage o Xorigin que me desagradan profundamente, pero una vez que te habitúas deja de ser un problema.
Dancing on the edge empieza con buenos riffs de guitarras con un sonido espectacular. Las teclas acompañan muy bien y notas como el tema gana cuerpo. La entrada de la voz, no sé, como que entra desafinando en otro tono. Quizás son solo imaginaciones mías porque según transcurre el tema todo va mejorando hasta conseguir un gran tema de Melodic Rock. Hasta el solo de guitarra resulta de una gran solidez y belleza. Buen tema para abrir el disco, aunque yo lo hubiese hecho con la tercera. What should we be saying tiene un comienzo muy a lo Neal Schon de Journey con un sonido calcado… joder si parece él. Luego las teclas y el bello ritmo en el bajo y batería lo vuelven un tema entre el westcoast de Fingerprints y Mr. Mister. Buen tema sin duda que flojea quizás en un estribillo no demasiado bien resuelto. South of love es el tema que a mi juicio debería haber abierto el disco, no sé, es quizás cuestión de gustos, pero me parece una de las mejores del disco y tiene la fuerza suficiente para hacerlo. Me recuerda horrores al segundo disco de mis adorados Work of Art así que escrito por mí resulta un elogio imposible de superar por ningún otro epíteto. Temazo que gustará a los puristas del AOR. Resulta tan agradable de oír que te sentirás como recibir ese masaje asiático que te dan tumbado sobre unos sillones balineses en una cala perdida de Ibiza.
Every time you walk away preciosa de principio a fin, teclas al fondo del pasillo, la entrada de la guitarra muestra el Catón de todo buen tema melódico. Es como el A-B-C del AOR. Se alinean los astros cada vez que alguien compone temas así, belleza incomparable, como ver amanecer en las montañas de los Pirineos o recordar los primeros segundos del anuncio de Calzedonia. Tema para liberarte de las tensiones que te produce tu jefe, tu mujer, o el ex-marido de tu amante.
América es el tema en el que colabora activamente Robert Säll de Work of Art a la guitarra, y no podía haber elegido un tema mejor. Desde el comienzo resulta interesante el parecido a cualquier tema del In Progress, y ello me hace mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás, al principio como señal de aprobación por lo que estoy escuchando, y después para seguir el ritmo alucinante y movidito del tema. Contiene los típicos giros musicales que tanto me gustan y que dejan en pañales los típicos temas planos sin ningún gusto ni calidad compositiva. Además Robert Säll muestra una mejora significativa en el solo de guitarra. Me parece de los 3 mejores temas del disco.
Longer than I care to remember me parece un homenaje claramente al Hysteria de Leppard. Los arreglos de guitarra, los coros, el tono en general de la canción es calcado. Pero lejos de ser una banda tributo al estilo Grand Design, yo creo que es el resultado de una década de admiración hacia ese grupo. Temazo sin duda, resulta sorprendente que un debut tenga estas cotas de calidad y sobre todo lo bien que suena todo. No es nada sencillo alcanzar esto y sin duda la base rítmica tiene mucha culpa de ello. El sonido de la batería que es algo en lo que siempre me fijo está genialmente tratado. The Clock tiene en la guitarra a ese niño revoltoso que no para quieto, no deja de hacer riffs al más puro estilo Slash (salvando las distancias con el genio Yanqui), mientras el vocalista hace su trabajo. El caso es que luego se produce un acoplamiento con el bajo y la guitarra en plan rítmico que me resulta fantástico. Buenos coros y estribillos bien pensados que llevan al tema a unas cotas de calidad muy altas. Buen tema.
On Fire teclados con clase de apertura y guitarras a juego dan paso a un tema de puro sonido AOR ochentero americano. Seguro que has oído temas parecidos en películas de Sylvester Stallone o de Van Damme procedentes de aquella época. Pura nostalgia escuchar temas así hoy en día, resulta un agradable viaje en el tiempo. Época en la que ibas al videoclub del barrio a ver si tenían la última de Steven Seagal en VHS sin alquilar. Que tiempos. When the Lights fade away tiene reminiscencias del a mi juicio maravilloso álbum de T´Bell llamado Replay, AOR lleno de clase y elegancia que no ha acusado el paso del tiempo y esta canción podría encajar perfectamente en ese disco. Como ya dije antes, este tema también contiene el A-B-C del AOR de escuadra y cartabón. Muy buen tema melódico, con clase y desde luego de los mejores del disco.
For the time still to come resulta ese postre dulce y suave que te traen después de una agradable cena llena de delicias. Algo así como una tarta de queso con una suave crema de mousse de trufa y bolitas de caramelo para dar el toque final a una agradable velada. El tema resulta tranquilo como un día de pesca en un apartado valle junto a tu hijo de 5 años al que enseñas técnicas con mosca. Una nevera con cervezas frías y acompañado solamente del sonido de los pájaros y del agua acariciando las piedras que encuentra a su paso. Eso es este tema con toques Leppard de su inigualable Hysteria.
No sé si realmente triunfaran con este disco, desde luego a mi me ha gustado bastante, se hace querer. Creo que es el trabajo de muchos años de dos jóvenes que con el tiempo han madurado junto a los temas que compusieron y lo cierto es que se han ganado mi respeto como músicos y compositores. Un gran álbum para este 2013 que viene preñado de grandes discos de este mismo estilo musical, por lo que no se si conseguirán destacar lo suficiente para que los clientes del producto final se fije en ellos.
Si tú lo haces seguro que no te defraudarán…
Nota: 8,5
Whizard