
Los canadienses Blessed by a Broken Heart han vuelto, con sus motos, sus innumerables tatuajes y su actitud de divertidos macarras para alegrarnos la vida y ahuyentar el hastío que se está apoderando de nosotros. No son ni mucho menos los mismos que empezaron en el 2003 como una banda más de metalcore con su disco ‘All Is Fair In Love And War’ y casi me atrevería a decir que tampoco son los mismos que sorprendieron y arrasaron por todo el mundo con su anterior ‘Pedal to the metal’. Algo habrán tenido que ver los continuos cambios de formación que han soportado, aunque también tiene buena culpa de su cambio la madurez que dan los años y ese renacimiento del glam metal que estamos teniendo en la actualidad.
De todas formas, la evolución que han tenido en su música tampoco ha sido demasiado brusca, sino progresiva y natural. Si en su disco debut su estilo estaba totalmente orientado al metalcore, en ‘Pedal to the metal’ quisieron dar un paso adelante a la hora de buscar su “sonido” y consiguieron mucha más aceptación con esa mezcla de glam con voces agresivas ocasionales, lo que les provocó girar por todo el mundo con bandas de uno u otro estilo, llegando a mayor cantidad de público.
Pero esto puede ser peligroso, ya que son estilos muy diferentes entre sí, y por lo tanto, ni los seguidores del glam aceptarán de buen grado esa agresividad en sus canciones ni los metalcoreros esas edulcoradas melodías que podrían calificar de “pasteleras”. Corrían el riesgo de quedarse en tierra de nadie, debían dar un paso adelante y creo que lo han dado hacia el camino correcto.

En ‘Feel the Power’ tenemos a unos chicos más glam que nunca, más alocados pero también más melódicos y por supuesto, más músicos, ya que hay un buen puñado de canciones en las que demostrarán que tienen calidad y talento musical a raudales. En éste disco contamos con la incorporación de Sam Ryder (vocalista de The Morning After) que, además de ser el guitarrista ritimico también aporta su voz aguda a unos coros que no hacen sino mejorar el resultado final. El resto de la banda la conforman el vocalista Tony Gambino, Shread Sean a la guitarra, Tyler Hoare como bajista y Slater tras la batería.
Si tuviéramos que elegir un tema estrella con el que poder identificarlos y que sin duda es un himno en sus directos, ese sería “Move Your Body”, no conozco a nadie que no se haya animado y divertido como un loco con esa canción. Y algo así es lo que esperaba de éste trabajo, me puse a escucharlo buscando una canción como esa, y me llevé la grata sorpresa de que en lugar de haber otro “Move Your Body”, lo que han hecho ha sido cortar ese tema en doce trocitos y repartirlos en las doce canciones del disco. Qué difícil me resulta escoger una sola, de hecho, creo que prefiero quedarme con todo el pastel y ponerme las botas…
“Deathwish” es el pepinazo perfecto para abrir un disco como éste, ágiles ritmos de guitarra y estribillos que te van a atraer como un gran imán. Todavía se aprecian los leves coletazos de sus inicios metalcore, en éste y en varios cortes más, pero no os asustéis porque son muy breves y pasan casi desapercibidos dentro de las pegadizas melodías. “Shut Up And Rock!” es indiscutiblemente el tema más directo que nos vamos a encontrar, pero al mismo tiempo es uno de los más logrados compositivamente hablando, con continuas variaciones de ritmos e incluso de voces, contando además con la colaboración de Dallas Taylor, vocalista de Maylene and the Sons of Disaster y que es el dueño de esa voz tan “Lemmy” que se escucha en la canción. Te aseguro que la segunda vez que la escuches estarás coreando el estribillo con ellos…
Está muy claro que ese es su punto fuerte, los coros están muy logrados y se contagian como un virus imparable, en “Love Nightmare” lo demuestran una vez más y además, con la inicial melodía de guitarra y el desarrollo del resto de la canción también podemos comprobar que son buenos músicos pues las canciones “facilonas” también tienen destellos de calidad.
Si existiera un manual de “el perfecto single” seguro que figuraría como ejemplo “Forever”, melódico y pegadizo, una buena tarjeta de presentación que ya nos indicaba cuando se editó hacia donde había derivado la música de los Blessed.
Después de una intro muy futurista, acorde con la estética “Mad Max” que han adoptado los chicos en la portada del álbum, llega “Holdin’ Back For Nothing” en el que mantienen intacta esa energía que por momentos parece que nos vaya a hacer explotar incapaces de aguantar tal subidón, aunque para evitar la explosión inminente nos encontramos a continuación con un medio tiempo camuflado de balada en su inicio ”I ‘ve Got You” y que se lanza de lleno al hard más melódico de bandas como Heat, en él su vocalista se luce muy a gusto dejándonos con la sensación de haber escuchado uno de los temas más bonitos y especiales del disco.
Y sin abandonar esas sensaciones hardrockeras que provocan nos encontramos con el fiestero “Rockin’ All Night”. ¡Que bien les sienta éste estilo y como lo defienden!
Con “Scream It Like You Mean It” volvemos al “glam-core” de los temas iniciales sin abandonar por supuesto esos estribillos contagiosos, así que lo mejor es dejarse llevar y terminar de escuchar el disco con los tres últimos temas, que, aun siendo buenos en conjunto, sí se pueden hacer un poco repetitivos, ya que no consiguen superar a lo escuchado hasta ahora, eso sí, como siguen teniendo mucha marcha: ¿Quién se atreve a parar ahora, cuando te han hecho sonreír mas que nadie en todo el día?

Con ‘Feel the Power’ se consolidan finalmente como una banda importante dentro del estilo y se prevén muchos momentos de gloria en su futura carrera que espero tengamos el placer de disfrutar, tanto en disco como en directo.
En una escala del 1 al 10 se llevan un merecido 9 por haber conseguido hacerme feliz escuchando música, que al fin y al cabo es de lo que se trata, ¿no?
Gema R.
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